Uno de los desafíos más urgentes de la planificación urbana es sobre la forma de tratar las zonas desarrolladas informalmente. Estas colonias fueron principalmente producto de la explosión migratoria interna en los años 1970s y 1980s, acompañada de un colapso del sistema tradicional de manejo de propiedades. Esto resultó en el equipamiento parcial e inadecuado en estas zonas de los requisitos para una vida urbana sana y moderna. Las deficiencias incluían: vialidad inadecuada, falta de servicios de agua y saneamiento, construcción precaria, y falta de espacios de equipamiento social públicos.
Con el paso del tiempo estas comunidades se fueron desarrollando- a medida que sus habitantes se adaptaban a la vida urbana y se iban integrando a la economía de la ciudad. Gradualmente, y en gran medida gracias a la acción comunitaria, se fueron construyendo escuelas, pavimentando calles, habilitando alcantarillados, y desarrollando los comercios y servicios que se requerían. Algunos habitantes iban abandonando la colonia a medida crecía su nivel económico, pero la mayoría continuaba haciendo crecer su comunidad.
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